Ya pasaron dos veranos... Que vieja me hago!
Para estas fotos tuve que posar en todo mi esplendor estival nada más ser adquirida para abandonar mi soledad.
Qué tiempos! Todavía mantenía esa larga cabellera de hiedra salvaje y aún no me habían estirpado la uralita que cubría mi anexo trasero.
Y sobretodo , aún no me había desplomado!
Ahora mismo estoy hecha un circo: esa puerta está completamente tapiada por un cóctel de libros y objetos que mi anterior poseedor coleccionaba y acumulaba.
Un cuadro...
Fotos : Ana Pintos
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